A mayor edad, padres heredan más mutaciones a sus hijos

La transferencia de un mayor número de mutaciones genéticas a los hijos puede alterar la salud de los menores o interferir en la precisión de datos a la hora de realizar pruebas de ADN, para establecer casos de paternidad responsable. Un estudio realizado entre la UN y el Instituto Nacional de Medicina Legal permitió documentar esta dinámica mutacional en población colombiana.

Contrario a la creencia popular, la edad de la madre no es la única que influye en la descendencia, pues la del padre también interviene. Un estudio realizado en la un determinó que los hombres transfieren cinco veces más mutaciones genéticas a los hijos que las mujeres.

Las mutaciones del ADN (ácido desoxirribonucleico) pueden producirse por muchas causas, afectando cualquier célula del organismo. Algunas de ellas comprometen sitios claves del genoma y alteran su información en procesos altamente sensibles, ocasionando enfermedades como el cáncer. Otras son neutras para el individuo y no ocasionan cambios o son responsables de adaptaciones favorables de los organismos a exigencias ambientales.

Dichos eventos, que no suceden de manera frecuente, han sido estudiados y caracterizados por Manuel Paredes López, director del Grupo de Genética Forense del Instituto Nacional de Medicina Legal (INML).

En su trabajo de tesis doctoral en Ciencias-Química de la UN, realizó el análisis mutacional de microsatélites humanos (pequeñas secuencias o fragmentos de ADN), un marcador clásico de pruebas genéticas, con el objetivo de determinar sus implicaciones evolutivas, poblacionales y forenses.

El investigador explica que debido a su alta variabilidad, fácil detección y pequeño tamaño, entre otros, los microsatélites han sido utilizados ampliamente para mapeo genético, estudios poblacionales y evolutivos. Se han constituido, además, en la herramienta de primera elección en identificación humana, para los laboratorios forenses.

La investigación se apoyó en 50.827 casos de paternidad y maternidad, realizados entre 2007 y 2012 en el INML, en los que se detectaron 811 eventos mutacionales, una de las cifras más grandes reportadas mundialmente, solo comparable con datos de la Sociedad Americana de Bancos de Sangre, que también reúne esta información.

En los 811 eventos estudiados se determinó el origen parental de la mutación: en 608 casos (75 %) las transferencias se originaron en el padre; en 121 (14,9%), en la madre; y en 82 (10,1 %) no fue posible determinar el parental.

Paternidad tardía 

No es mi nieto, es mi hijo

No es mi nieto, es mi hijo

Una de las explicaciones de este fenómeno radica en la paternidad tardía. El estudio prevé que cada 15 años, en la edad paterna, se duplica el número de mutaciones transmitidas a la descendencia, por lo que los hijos de los progenitores más viejos experimentan mayores cambios genéticos que los de los más jóvenes.

“El tema llama la atención si se tiene en cuenta que en muchos países desarrollados y otros en vía de desarrollo, la edad de los hombres para tener hijos ha ido en aumento”, afirma el doctor Paredes.

En el caso de España, la edad promedio de los padres primerizos es de 34 años, mientras que en las madres es de 31. En el 2011, el promedio de edad en que las españolas tuvieron su primer hijo fue a los 31,06 años, en el 2008 fue a los 30,87 y en 2010 a los 30,98. La cifra viene en aumento en varias décadas de forma sostenida desde 1975, cuando la media se situaba en 28,7 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística de ese país.

En Colombia, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud realizada por Profamilia en el 2010 reportó que la edad promedio de mujeres para su primer embarazo era de 21,6 años, casi 10 años menos que las europeas, asumiendo un rango de fecundidad de 15 a 49 años.

Según los resultados del estudio realizado por el doctor Paredes, la edad promedio de las mujeres que presentaron mutaciones fue de 24,9, mientras que en aquellas que no se evidenciaron cambios el promedio fue de 24,3. Por su parte, la edad media de los padres con alteración del adn mostró diferencias altamente significativas en relación con los que no mutaron: 33,4 frente a 31,1 años.

Probabilidad de errores 

Un estudio realizado por la psiquiatra Dolores Malaespina, del NYU Langone Medical Center, adscrito a la Universidad de Nueva York y publicado en 2001, advirtió que la posibilidad de que los hijos sufran esquizofrenia en la edad adulta se triplica cuando los padres son mayores de 50 años.

Este no es el único problema que los hombres mayores pueden trasmitirle a su descendencia. Otro estudio publicado en 2011 en la revista Nature asegura que, a medida que envejecen, los papás heredan a sus hijos un mayor porcentaje de mutaciones espontáneas, también conocidas como “de novo”, las cuales pueden ocasionar autismo, entre otros trastornos.

La causa de tal hallazgo, explica el doctor Paredes, es aparentemente obvia: ellas nacen con todos sus óvulos completamente formados mientras que el esperma se genera a lo largo de la vida fértil del hombre a base de divisiones celulares.

“Mientras en ella hay 24 divisiones celulares, desde el cigoto hasta un óvulo, en él, al contrario, hay 30 divisiones previas a la pubertad (15 años), seguidas por divisiones de células madres (espermatogonias) que ocurren 23 veces por año”, amplía.

Es decir, el número de copias cromosómicas (réplicas) desde el cigoto al espermatozoide producido por un hombre a la edad de 20 sería de 150; a los 30 años sería de 380; a los 40, de 610; y a los 50, de 840.

“En cada división celular, la replicación del genoma introduce la posibilidad de errores de copia”, subraya el experto, quien añade que es posible que la actividad reparadora decline también con la edad paterna avanzada.

Identificación forense

Prueba de ADN para identificación de parentesco

Prueba de ADN para identificación de parentesco

En el caso de la investigación realizada por el doctor Paredes, se pretende ofrecer información más fiable sobre el evento mutacional en los procesos judiciales, en los cuales se investigan parentescos, ya sea en la identificación de desaparecidos o en investigaciones de paternidad, problemáticas en las cuales la genética forense ha realizado importantes aportes, particularmente en Colombia.

“Establecemos y presentamos al juez resultados de las pruebas de paternidad con valores de probabilidad, lo cual exige al jurista un ejercicio matemático que no es parte común de su esquema de valoración. En ese sentido, identificar los sitios que más varían entre las personas o que más los diferencian es clave para tener mayor certeza sobre el resultado y determinar qué ha pasado”, afirma el investigador.

El doctor Paredes explica que lo normal es que, en la mayoría de pruebas positivas de paternidad, el progenitor coincida en todos los sitios de ADN con su hijo, pero a veces esto no ocurre, es decir, se estudian 20 sitios del ADN y se encuentra que en uno no coinciden, lo que obliga a ampliar la muestra. Sin embargo, el resultado sigue manteniendo esa variante. Dicha situación nos lleva a deducir que el señor sí es el padre, pero ha mutado.

La modificación detectada afecta el valor de la prueba, es decir, ya no sería del 9, 999, sino del 9, 99. “Lo que hicimos en este estudio fue ajustar el nivel de certeza de un hallazgo genético ante la duda del parentesco cuestionado, pues a veces tiende a confundirnos y necesitamos entender los eventos mutacionales”.

Precisamente, al obtener una de las cifras de mutaciones paternas más grandes en Colombia, este estudio servirá como referencia cuando se requiera un resultado más fiable en la investigación de filiación paterna, con el objetivo de aportar pruebas de mayor contundencia científica a la administración de justicia.

 

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